El
tiempo, más allá del agua y el petróleo, es últimamente un bien escaso... por eso hay que aprovecharlo! ;))
Los cuatro días del puente los dediqué a disfrutar tranquilamente con Isa de las
piedras de Copán (con un calor sofocante) y a pasear por el río Dulce (Izabal) con el
kayac más contento que un niño con zapatos nuevos.
Pero para coger fuerzas, nos pegamos un homenaje el miércoles por la noche con una
tortillita y unas tostaditas de
salmorejo.. todo bañado con un
rioja que coservo como un tesoro desde Navidad.
Casa Cuevas siguió brindándonos su
jamón, y las
croquetas son "especialidad" de Ernest, un chef español afincado en estas tierras que te saca de estos apuros culinarios.
Por la mañana salimos
nuestro Picanto de alquiler, esta vez verde, hacia Honduras para visitar Copán... La bienvenida la da un grupo de coloridas
guacamayas que cotorrean y alborotan, pero son tranquilas.
Las ruinas que, según me contaron, serían el "París" maya están salpicadas de estelas y
rostros enigmáticos que representan a diferentes personajillos del
panteón maya y a algunos dirigentes de la época... Interesados, que busquen la historia de Copán y las conquistas y aventuras de
18 Conejo.
Simpáticos, eh?
Aquí tenemos la
escalera de los jeroglíficos, que cuentan toda la historia de nosequé familia en el poder, y en primer plano, un jaguar con la boca abierta... veis al tipo de dentro?
Sigo sorprendiéndome de la capacidad de la
flora de crecer encima de las pirámides.. increíble! Sí, sí.. son árboles!
Dormimos donde
Patty, una señora simpática incrustada en su sillón destrás de la mesa que hacía las veces recepción. No está mal, lo recomendaría.. y, sobre todo, las
pizzas del restaurante italiano de la vuelta de la esquina.. mmm, que ricas! No se si la disfruté más en la cena o en el desayuno... ;)))
El viernes por la mañana regresamos a
Guatemala y ya me sentía "de vuelta a casa"... es extraño, pero 12 kilómetros al otro lado de la frontera me sentía "lejano"... booh?
Finca Tatín es un sitio estupendo. Lo lleva un italoargentino que, después de viajar por medio mundo en moto o con mochila, subió desde Argentina con su mujer en un velero. Trece años después, ya sin mujer ni velero, lleva una vida tranquila a la orilla de uno de los afluentes del Río Dulce: el Tatín.
"Disfrutamos" de un par de paseos con
el kayac... el del viernes fue sólo para husmear el terreno, una hora y media tardamos en llegar a la otra orilla del Río Dulce y regresar. Fue sólo un entrenamiento. Isa no estaba muy convencida, pero después de la paliza del sábado, me atrevería a decir que hasta
se lo pasó bien! ;))) Bueno, el sábado íbamos en uno doble... así que fue auténtico trabajo en equipo!
Fuimos hasta el
cañón del río, nada impresionante.. según comparaba Isa con el de Somoto (fotos en su blog hace un par de meses...), pero
divertido! Al principio nos dejamos llevar por la corriente hacia el mar, pero la vuelta fue dura! Hicimos una parada en un muelle que avistamos en la orilla y descansamos un rato.
Aquí podéis ver un
cayuco típico de la zona... nada que ver con el nuestro de fibra de vidrio! Hubiera estado bien probar con ese...
El sábado, después de hacer una visita al proyecto de
A'ktenamit, donde trabaja María (colega del master) nos dimos un
chapuzón para refrescarnos de los calores de la "jungla"... Lo mejor fue intentar hacer la
doble voltereta mortal hacia atrás! Pero no lo conseguimos!
Un bañito en el río, y a la
cena comunal de las 19.00...
La vida en la Finca Tatín, como en otros
rincones del "típico buen mochilero" es tranquila. Igual te encuentras a un francés tirado en la hamaca durante tres horas leyendo un libro, que a un americano trabajando por el morro allí para aprender español. Suelen ser sitios "sociables", donde se favorece el conocer gente, el contar historias y el dejar tu huella (en formato "bookcrossing").
Como el mundo es pequeño, conocimos a unas chicas que trabajan en la capital con gente en común y, cosas de la vida, a una chica argentina que estuvo en el centro hace unas semanas para presentar un proyecto de UNIFEM.
Aparte de eso, un sitio estupendo para alejarse del mundanal ruido un fin de semana! Duermes en plena selva, con el concierto arrítmico de grillos, sapos, pájaros y otros bichos... la aventura de la naturaleza, pero con ciertas concesiones.. teníamos luz de seis a once y media! ;)))
Lo dicho, aprovechad el tiempo... Que
camarón que se duerme, se lo lleva la corriente! AB
ps. Hoy el día me sorprendió con la llamada de mi primo Manolo, el más "pequeño".. a pesar de que en unas semanas cumple 21! Es un gran tipo, espero que tengáis la suerte de conocerlo.