Los cambios de planes a última hora empiezan a ser algo común y habitual… no por vicio, más bien por adaptación. El jueves tenía pensado dormir en la capital para aprovechar la cama hasta el último minuto, pero el traslado que teníamos concertado para las siete de la tarde aún no había salido a las ocho menos diez. Así que reculé y acordé las 4 de la madrugada como hora de recogida…
Cuando llegué a Managua, a las ocho de la mañana, llevaba ya cuatro horas danzando por el mundo, acurrucándome en cada esquina y adoptando posturas imposibles para conciliar el sueño, pero no hubo manera.
Al bajar del avión, la primera sensación que recuerdo fue el calor húmedo de Nicaragua… ya hacía calor a esas horas, pero lo mejor estaba por llegar. Pillamos un taxi a la UCA (Universidad Centroamericana), desde donde salen los interlocales que conectan la capital con las ciudades más próximas.
Masaya
Sigue la estructura reticulada de las ciudades coloniales trazadas sobre plano… sin embargo, Masaya cuenta con más de un parque (central..) presididos en su mayoría por iglesias y algún edificio de referencia (banco, municipalidad o abarrotería).
Camino al Malecón bajamos por una calle tranquila de casas abiertas y economías informales en versión trapicheo. Isa me contaba que gran parte de los negocios están instalados en las propias casas: a un lado del salón, instalan un mostrador y ofrecen recargas telefónicas, dulces, medicina, hamacas o lo que haga falta. Según me contaba, reina la cultura del mínimo esfuerzo… en cuanto consiguen para vivir un cierto tiempo se relajan, cierran sus negocios y se dedican al dolce far niente… Seguramente también habrá otros interesados en seguir manteniendo alguna actividad productiva que asegure progreso y/o una mejor calidad de vida a su familia.
Pasamos por la escuela taller de Cooperación Española en Masaya y descansamos un rato a la sombra sentados en el paseo del Malecón.
Calle arriba, nos encontramos con pequeños corrales, casas abandonadas, casas en construcción, carros con paisanos, ajetreo de bicicletas… Llegamos al mercado de artesanías hacia las once de la mañana, con el tiempo justo de hechar un ojo entre collares, pendientes, marcos, ensaladeras de madera, café y cigarros puros de rancio tabaco. ¿Preferencias? Isa optó por probar una de las sillas-hamaca que estaban colgadas por ahí.. y yo por una foto con un sombrero de vaquero que me sentaba como a un santo, dos pistolas.
Seguimos a pie hacia el puente que cruza el canal… A pesar de los esfuerzos de la municipalidad, la basura se acumulaba emanando un tufillo bastante desagradable.
Era la hora de la salida del colegio, riadas de estudiantes copaban las calles mientras tratábamos de hacernos un hueco entre la calzada y los puestos de fruta de la acera camino de la terminal de autobuses.
Escuchábamos nombres de destinos desconocidos, pero en medio de un maremagnum de autobuses topamos con el que iba hasta Catarina.
Catarina
Desde el empalme de la carretera sube una cuesta hacia el mirador que pasa antes por la Iglesia de San Juan. Fue un camino duro que amenizó algún “buenos días” de los paisanos, los pitos de los taxis que nos ofrecían subirnos y los puestos de flores y trabajos increíbles en madera que hay justo antes de llegar.
El lago que cubre el cráter del volcán es de un azul intenso. Desde el mirador respiras tranquilidad, te queda un momento para disfrutar del paisaje en silencio.. hasta que irrumpe un autobús de turistas costarricenses, gringos o vetetúasaberdedonde, que altera el nirvana del mismísimo Buda.
Después de una refacción rápida, emprendimos el camino de vuelta (esta vez cuesta abajo!) y agarramos la camioneta para regresar a Masaya y coger la que iba a Granada.
Viajar en camioneta en Nicaragua me pareció menos arriesgado que en Guate... ni rastro de armas por ningún lado, sólo los de bancos y algunos negocios con necesidades obvias de seguridad.. Pero sin noticias de asaltos a camionetas o asesinatos de pilotos. No es que en Guate esté a la orden del día, pero no cuando se producen.. no sorprende a nadie!
El mecanismo es el mismo: achúchate cuanto puedas para poder acomodar tu trasero y librarte de hacer el camino de pie agarrado a la barra del techo. ¿Diferencias? Boh.. en Guate nos achuchamos más y la música va más alta; en Nica la gente va charlando y se respentan "un poco más" las distancias. Sin embargo, en los dos países se aprovecha cualquier parada para ofrecer agua, jugos, manías, chicles, churros de maní, papalinas y demás mercancías.
Granada
Al llegar a Granada, conocida también como la "Gran Sultana" en honor a nuestra Granada, paseamos por el centro camino del Maltese, un hotel lejos del centro, a orillas del lago, que no justifica la incomodidad de su ubicación. A cualquier interesado: es mejor pillar cualquier hotelito en el centro, cerca del parque central.
La idea era hacer una ruta en kayak o en barco por las isletas del lago, pero nos conformamos con ver el atardecer y subir al centro a dar una vuelta.
Uno de los edificios mejor cuidados es la Casa de los 3 Mundos donde esa noche se celebraba un concierto.. es una construcción colonial, con amplio patio y con techos labrados en madera. Recordaba a un viejo casino, con las mesas y las sillas de madera maciza, con el piano olvidado en una esquina y el suelo ajedrezado de las antiguas casas de antes de la guerra.
Nos llamaron la atención los suelos de Granada, de diseños geométricos y coloridos, que recordaban el cuidado que le prestaron algún día a lo que hoy se soluciona con placas de mármol... ¿dónde quedaron esos suelos de barro cocido? ¿de lozas coloreadas con motivos vegetales o geométricos?
La Calzada, tras la intervención del programa de Patrimonio para el Desarrollo de la agencia, se ha revalorizado y se ha convertido en punto de encuentro al caer el sol. El nuevo aspecto, más ordenado y aséptico que el de las calles de alrededor, ha propiciado la instalación de terrazas, bares, restaurantes y "lounges" (que alguien me explique la diferencia entre "lounge" y bar con sillones bajos, por favor!). Entre las cervezas, los nachos y los tostones (curiosas galletas de puré de plátano frito) se pasean niños ofreciendo chicles, pidiendo "un pesito, por favor!" o esperando los restos de alguna comida.
Después de unos nachos y unos tostones con carne, dimos por cerrado el día.
Con la luz del día, las calles de Granada cobran aún más vida. Es más fácil meter la cabeza en las casas de sus vecinos.. amplios salones ensombrecidos con mecedoras y retratos antiguos que invitan al café tranquilo y pausado, resguardados del calor de la calle.
El mercado es, como suele pasar en todos lados, el lugar con más vida un sábado por la mañana. Frutas, verduras, carnes, detergentes, especies, abonos, engordes y quesos se juntan con flores, radios, cds de música cristina (léase evangélica) y ropa. Es imposible marcharse sin reconocer la importante función social y económica de las plazas de abastos: comercio, tradiciones y charla animada sobre lo que pasó y lo que está por venir.
Hacia las diez de la mañana, emprendimos viaje a León vía Managua.
AB
lunes, 25 de febrero de 2008
Nicaragua I: Masaya y Granada
en 12:26
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3 comentarios:
jooo,que envidia!!os odio!!desde el frio y gris Burgo, un besooo! A ver si Isa actualiza también con más fotos!
que bonito y que guapos los dos! que no sabia que isa estaba ya alli!,:( yo tb kiero! joo... pensar q yo debria estar ahora en NY.. q envidia me das. en serio, de mayor kiero ser como tu...y lo sabes
este finde en el cumple de jaime le damos el regalo a carmen... lo unico malo q tiene tu vida en las americas es q te estas perdiendo la evolucion de currito!jajaja, mas bien a nosotras en torno a currito, xq es para grabarnos cada vez q vamos a casa de carmen jajja
weno besitos a los dos
dile a isa q te cuide ;)
eli
por cierto
q se me ha pasado el noticion
CARMEN SE CASA!
TU SABES... ELLA SIEMPRE TUVO Q SER LA PRIMERA EN TODO..
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